miércoles, 28 de abril de 2010

relación entre bullying y violencia genero.

Un proyecto de la Universidad de Córdoba, financiado por la Junta de Andalucía y coordinado por la catedrática de Psicología de la UCO, Rosario Ortega, pretende demostrar si el acoso escolar o agresividad injustificada en las aulas, también conocida como «bullying», puede ser un «posible germen» de la violencia de género.
Ortega explicó que dicho proyecto, en el que también participan profesores de la universidades de Sevilla y Jaén, persigue estudiar el traslado que pueden hacer del «bullying» los grupos adolescentes a las primeras relaciones erótico-sentimentales que éstos tienen, «que no llegan a ser consideradas como parejas estables». Dicho comportamiento se ha denominado «dating violence».
En esta línea, precisó que barajan la hipótesis de que exista una traslación de modelos de sumisión en la construcción de las nuevas parejas adolescentes. De esta forma, según apuntó Ortega, «pretendemos rastrear el fenómeno de la violencia de género, no desde la perspectiva de adultos que atacan a sus parejas, sino en el inicio de las primeras relaciones entre adolescentes».
No obstante, la coordinadora del proyecto indicó que el objetivo fundamental que el equipo de trabajo se ha marcado es realizar una «exploración general» del estado escolar que arroje datos de la grado de presencia del «bullying» en las escuelas andaluzas, el perfil de los menores, las incidencias de este tipo de comportamientos y cómo ha ido evolucionando a lo largo de los años, comparándolo a su vez con el resto de España y de Europa.
Del mismo modo, la profesora Ortega apuntó que existen dos tipos de violencia agresiva injustificada. Por un parte, lo que los expertos denominan como «bullying duro» -un tipo de acoso muy grave, menos frecuente, pero más persistente y que sólo afecta a entre un dos y un cinco por ciento de la población escolar-, y por otra parte, el «bullying blando» -un acoso menos grave y menos duradero en el tiempo, donde el agresor no es tan insistente- y que afecta al 20 ó 25 por ciento de la población escolar».

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